martes, 3 de agosto de 2010

Comentario del octavo capítulo del libro La educación digital

¿Una biblioteca digital? ¿Existirán? Por supuesto existen, están en el internet, en las páginas webs de institutos, universidades, etc. Si nos dejamos llevar por la simple curiosidad y junto con un buen hábito lector, pero con mentalidad libre, se puede encontrar un sinfín de textos, artículos, ensayos, obras que no conocíamos, y que con todo ello podemos ampliar más nuestro campo cultural y saber más.
Actualmente hay una discusión acerca del tema, y es justo de lo que trata el octavo capítulo de este libro. Tener libros en formato digital suena atrayente en varios aspectos, pero esto beneficiaría más a las escuelas carentes de recursos y sin una biblioteca eficiente.
Además, la importancia de tener libros en formato digital pasa por una cuestión ambiental. Es cierto que los libros originales cuestan caro, pero imprimirlos demanda grandes cantidades de materias primas. Podría ser una solución el uso de papel reciclado, pero su uso aún está en ejecución y sería mucho mejor tenerlo en formato digital. Las ventajas varían, por que se tendrían a cualquier hora, lugar, momento, y también, es de forma gratuita en la mayoría de sitios web.
Ahora también se discute el criterio y calidad de los libros, no en el ámbito público, sino en el pedagógico. Hace falta más que una red entre estudiantes y profesores para llegar a este nivel, sin contar los problemas de comprensión que estriba en los propios alumnos y la falta de criterio de selección de libros en el docente.
El texto y los autores resaltan no cometer los errores de la lectura de un libro físico con uno virtual, porque esto es otro nivel, en los que el ser humano se desarrollará. Para resolver el problema del entendimiento expuesto arriba se recurre a formar imágenes con el apoyo de métodos tecnológicos. Es interesante describir y observar el papel del dibujo en la historia, en las épocas en que la mayoría de personas desconocía la lectura y escritura, que servían para lograr una mejor comprensión. Debemos adicionar el ingreso de material multimedia como los CD-ROM, DVD, casetes, videos o fotografías, que crearían un archivo más variado y de mejor aprovechamiento.
Si Jorge Luis Borges viviera, vería que la biblioteca virtual es como aquella biblioteca de Babel que escribió, siendo infinita no solo en libros, sino con los materiales agregados, y que para saber en donde estamos recurramos a ficheros electrónicos. Soñar no cuesta nada, aclarando que ya se empezó a publicar on-line.

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