Este artículo del filólogo Luis Jaime Cisneros se sitúa ad portas del comienzo de un nuevo año educativo. Se basa en las capacitaciones de los profesores, que son actualizados, y esto es real, con la lectura y relectura de materiales anticuados, que no hacen más que empobrecer el nivel del docente. Y lo peor de todo esto es la improvisación del Estado con los profesores, pues los coloca en plazas diferentes a su especialidad. Entonces no basta con tener el cartón, sino vocación de enseñanza y tener la venia, y porque no suerte, del ministerio para laborar en la especialidad.
Cisneros emplaza a quienes no tienen vocación. Afirma que la renovación y actualización corresponde a quienes de verdad les gusta su carrera.
Además, el Estado debería encargarse de dar auténticos programas de actualización a sus docentes, lleno de estrategias y conocimientos de este siglo, no del siglo XIX. Cisneros nos pone buenos ejemplos de enseñanza europea.
En conclusión se debe apoyar más en la lectura, pero no una lectura que no pase de la primera página, sino una lectura abierta, crítica, que contribuya al desarrollo cognitivo tanto del alumno como del docente, y tener un adecuado nivel para afrontar los problemas del futuro.
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